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Descubre que une al portero Ricardo Zamora y a Miguel Gila, y sus facetas como deportista – Biografía

Miguel Gila - Ricardo Zamora - Fútbol

 

A Miguel Gila de joven le encantaba el fútbol. En este artículo conoceremos qué relación tuvo con Ricardo Zamora, y otras facetas deportivas de Gila. Cómo y por qué practicó: la natación en su modalidad de saltos de trampolín, el submarinismo, el judo y su forzada experiencia con el boxeo.

El fútbol

Según Gila, si no hubiese sido por la Guerra Civil, se hubiese convertido en futbolista, pero la vida le llevó por otros derroteros, en fin eso nunca lo sabremos, y lo cierto es que el fútboles el sueño de muchos niños, pero yo especialmente me alegro habérselo robado al mundo futbolístico y haberlo ganado para la CAUSA DEL HUMOR.

Miguel para ir al colegio tenía que pasar forzosamente por el campo del Racing de Madrid  y así presenciaba muchos de sus entrenamientos. El portero en aquellos momentos era Martínez y Miguel se situaba detrás de él y aprovechaba algún fallo del portero para hacer sus paradas, que eran aplaudidas por los asistentes.

Su afición por el fútbol estuvo a punto de ocasionarle un accidente del que salió con vida milagrosamente. En el campo de la Gimnástica jugaban dos equipos y en las porterías no había red, iban empatados, Miguel se puso detrás de la portería, como era su costumbre, iban empatados, un delantero chutó y Miguel creyendo que el balón había rebasado la línea de gol, hizo una parada del balón. Los futbolistas y el público discutían si el balón había entrado o no y se abalanzaron sobre Miguel y se organizó una buena de la que Miguel consiguió salir vivo afortunadamente.

Ricardo Zamora, el famoso portero de la época y de la historia del fútbol, llegó al Real Madrid en 1930, cuando Miguel tenía once años y junto a García de la Puerta fueron sus dos ídolos futbolísticos.

Los domingos, cuando había partido en el campo de Chamartín, los chicos del barrio y otros que no eran del barrio íbamos a la carretera de Maudes y, y como la tapia del campo era muy baja, veíamos el balón pasar por el aire de un lado a otro. Cuando el balón salía a la carretera, todos los chicos nos abalanzábamos paa apoderarnos de ese balón que nos servía como pase especial para entrar en e el campo sin pagar. Al final del partido, me acercaba a Ricardo Zamora, que me daba sus guantes, y se los llevaba hasta la entrada de los vestuarios. Para mi aquello era un orgullo. Cuando llegaba a mi casa se lo contaba a mi abuela:

– Le he llevado los guantes a Zamora.

Me puedo imaginar lo feliz que le hacía al niño Miguel Gila el hecho de ser «quien llevase los guantes» al que se conocía como «El Divino»

Con Mariano García de la Puerta no era necesario esperar a que el balón saliera del campo para entrar. Cuando jugaba Mariano García de la Puerta los chicos nos colocábamos a la entrada y cuando llegaba, le gritábamos vivas. Con Mariano García de la Puerta la cosa era muy sencilla, decía:»Si no entran los chavales no juego» Así de sencillo. Y por más que le rogaran los directivos del club, o entrábamos los chicos o no jugaba.

Mariano García de la Puerta ha sido, sin lugar a dudas aunque olvidado, el mejor delantero de la historia del fútbol español. Hacía cosas que ningún jugador sería capa de hacer en la actualidad. Si faltaban veinte minutos para terminar el partido y su equipo iba perdiendo por dos goles a cero, García de la Puerta hablaba con sus directivos y decía: » Si me dan treinta duros, meto tres goles.» y los metía…

…García de la Puerta era un ídolo porque no sólo era un fenómeno con el balón en los pies sino uno de los mejores saltadores de trampolín de la época. El me enseño, en la piscina Tritón, todos esos saltos que años más tarde, me permitieron ganar el campeonato de saltos de Castilla en la pisicina Samoa de Valladolid, dos años consecutivos.

No es de extrañar que con estas experiencias de niño, que Miguel Gila siempre fuera fiel a su Real Madrid, mal que le pesará a su muy buen amigo Joan Manuel Serrat ;)

Miguel Gila - Amigos en Hoyo de Manzanares

Miguel Gila con sus amigos en una de sus excursiones a Hoyo de Manzanares. Los chicos marcados con una «X» César y Carlos fueron fusilados al finalizar la Guerra Civil.

 Ricardo Zamora

Ricardo Zamora Martínez, conocido como El Divino, nació en Barcelona el 21 de enero de 1901 y falleció en Barcelona el 8 de septiembre de 1978, fue un portero de fútbol español que militó en el RCD Español,  Fútbol Club Barcelona y Real Madrid entre otros clubes. Fue un portero internacional de fútbol español en el primer tercio del siglo XX que alcanzó gran relevancia a lo largo de su carrera.

Ricardo Zamora comenzó a practicar fútbol cuando este deporte dio sus primeros pasos en España. Su carrera empezó en 1916, con sólo 16 años.

Durante la década de los años 20 y 30 fue considerado como uno de los mejores jugadores del mundo, así como uno de los primeros casos de «jugador mediático» en la historia del fútbol español.

Da su nombre a un curioso movimiento de despeje del portero con el codo, inventado por él y que desde entonces es conocido como zamorana.

Considerado el primer crack del fútbol español, en su honor se instituyó en 1959 el Trofeo Zamora, que premia al guardameta menos goleado cada temporada en el fútbol español. Tras finalizar su carrera como futbolista desarrolló una amplia y también laureada trayectoria como entrenador.

FuentesWikipediavideosdefutbol, blaugranas.com

Gila y el deporte en el Regimiento de Infantería de Toledo, emplazado en Zamora

Tras vencer la Guerra Civil Francisco Franco y sus ministros estaban entusiasmados y ansiaban entra en la II Guerra Mundial. El ministro Vigón viajó a Berlín con una carta de Franco a Hitler en la que el general se comprometía a entrar en la guerra a cambio de que Hitler l concediera la anexión del Oranesado de Argelia más la expansión en el Sahara, la incorporación de todo Marruecos y la absorción del Gabón francés por la Guinea española.

Para contar con el ejército que apoyase a Hitler, Franco llamó  a filas a varias quintas, a las que denominaron cariñosamente de «zona liberada», entre ellas la del 40, a la que pertenecía Miguel Gila.

Gila se tuvo que incorporar en el Regimiento de Infantería de Toledo, que curiosamente no estaba emplazado en Toledo, si no en Zamora.

El Boxeo

En el regimiento había un capitán que estaba empeñado en que Miguel ascendiese a cabo, pero Miguel no estaba interesado.

-Mi capitán, le agradezco su interés por mí, pero yo amo mi profesión de mecánico y quiero seguirla cuando me licencien.

-Mi capitán, yo creo que hay muchachos que viven en pueblos donde la vida es muy dura y estoy seguro de que cualquiera de estos muchachos sería muy feliz con la proposición que usted me hace a mí.

Las negativas de Miguel enervaron al capitán y la tomó con él, buscaba cualquier ocasión para castigarle o humillarle.

Un día, pensando que iba a ser un gran castigo le encargó que hiciese de sparring al boxeador «Rodas».

Miguel tenía algunas nociones de boxeo, porque cuando era chico lo practicaba en uno de los solares de su barrio. Además,  el manejar camiones de gran tonelaje, haber cargado y descargado munición, y la tala de árboles, todo ello le había convertido en un joven de veinte años bastante fuerte.

El capitán, sin que Miguel lo supiera, le había dado órdenes al boxeador de que le diese una paliza a Miguel, pero para su sorpresa, las habilidades y fuerza de Miguel consiguieron que Rodas cayese al suelo en un knock out del que no se levantó hasta pasados un par de minutos.

Días después Rodas le confesó la ardicia del ruin capitán, Miguel le pidió perdón por el golpe y a partir de entonces fueron amigos y se convirtió en su sparring, pero «sin violencia» innecesaria, solo la precisa para su entrenamiento.

Natación

Miguel era buen nadador y aquellos que lo eran, una de sus misiones era enseñar a los que no sabían.

El alférez que tenía a su cargo el equipo de natación vio en Miguel grandes cualidades. Miguel le explicó que lo que mejor se le daba eran los saltos de trampolín, que de chico había aprendido con Mariano García de Lapuerta.

Llegaron las competiciones de los regimientos de Castilla y León y ganó el campeonato de saltos por dos veces.

También participó con buenas puntuaciones en la prueba de fondo, la de los tres mil metros y en una prueba que consistía en tirarse a la pisicina y cruzarla a nado llevando puesto el uniforme, el correaje con las tres cartucheras llenas de balas, el casco y el fusil.

Judo

Gila practicó Judo y llegó a cinturón verde. Esto le sirvió para hacer amigos en el Narvarte Judo Club de México, a quiénes su faceta de dibujante les vino muy bien, pues les hizo el logotipo de su club.

Pesca y fotografía submarina

Antes de su primer viaje a Argentina, en su última gira comenzó a practicar el submarinismo

En esta compañía hice amistad con el mayor de los hermanos Marcos, que era buen nadador. Nos compramos unos rifles muy sencillos con una goma elástica y su correspondiente arpón, unos pies de pato, un tubo para respirar y unas gafas submarinas y con estos útiles tan precarios nos lanzamos a la pesca submarina. Por no haber turismo ni estar invadida la costa en aquellos años, se encontraban llisas, sargos, escorbais, meros y algún pulpo pequeño; nuestra captura de peces no era demasiado afortunada.

Miguel Gila - Submarinismo

El submarinismo, una de las facetas más desconocidas de Miguel Gila

En Acapulco conoció a un submarinista llamado Castillo que le abrió de nuevo su entusiasmo por el buceo y nadó al lado de tiburones, no sin cierto respeto. Con él también viajó a uno de los paraísos del submarinismo la Isla Mujeres en Quintana Roo, que se encuentra en extremo opuesto de Acapulco y lo cierto es que quedó maravillado.

Miguel Gila buceó junto a Eduardo Admetlla, pionero de esta actividad, así como de la fotografía y la filmación subacuática. También es inventor de cajas estancas para cámaras fotográficas y de un aparato de respiración de aire comprimido para inmersión, probador de material para buceo, explorador y divulgador.

La exposición ‘Blues’ que se celebró en el Museo Marítimo de Bilbao, además de las fotografías realizadas por Carlos Villoch, uno de los fotógrafos más prestigiosos del mundo en esta especialidad, incluyó, además, una muestra de cámaras submarinas que refleja la evolución de la tecnología aplicada al mar. Desde la ‘Calypso Phot’, de Jacques Cousteau, figura clave en el descubrimiento del mundo submarino, al humorista Miguel Gila con una ‘Rollei-Marin’ -«la ‘Rolls-Royce’ de las cámaras»-, o hasta Eduardo Admetlla, pionero del buceo en España.

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Fuentes

Y entonces nací yo. Memorias para desmemoriados de Miguel Gila. (ISBN: 84-7880-503-6)

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