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Anécdotas de la Guerra Civil de España – Chistes Gráficos de Historias de Guerra – Video #5

Miguel Gila se alistó voluntario con 17 años como miliciano para defender al gobierno de la República Española en el 36. En este artículo descubriremos algunas anécdotas de su período de instrucción y disfrutaremos de sus geniales chistes gráficos sobre historias de guerra

Milicianos y Milicianas - Guerra civil de España - Miguel Gila

Milicianos y Milicianas de la Guerra Civil de España. Voluntarios que defendieron la República.

Anécdotas del período de instrucción de los milicianos en la Guerra Civil Española

El 70% de los mandos militares se unieron al golpe de estado llevado a cabo en España en 1936 por los generales africanistas, sin embargo casi el 100% de los generales se mantuvieron fieles al gobierno de la República.

En este interesante vídeo podrás ver de una forma rápida cómo llevaron a cabo el golpe de estado los generales sublevados.

Hubo dos hechos que marcaron la crueldad de la Guerra Civil Española:

1- Por primera vez en la historia de la humanidad se realizaron bombardeos a gran escala desde aviones a los civiles en las ciudades, llevados a cabo sobre todo por los aviones del ejército de Hitler y Mussolini, aliados de los fascistas españoles, de manera que al principio la población no sabía ni cómo reaccionar, ante una forma de guerra que desconocían.

2- Por otro lado a directiva del 19 de julio de 1936, del general fascista Mola, conocido como el «Director» que compartió al principio el mando con Franco, y que moriría posteriormente bajo sospechosas circunstancias, describe bien lo que se convertirá en 3 años de cruenta guerra:

Es necesario crear una atmósfera de terror, hay que dejar sensación de dominio eliminando sin escrúpulos ni vacilación a todo el que no piense como nosotros. Tenemos que causar una gran impresión, todo aquel que sea abierta o secretamente defensor del Frente Popular debe ser fusilado.

Ante los atroces hechos que se llevan a cabo la población estaba horrorizada, y al mismo tiempo les infundió el valor para que cantidad de hombres y mujeres que jamás habían visto una pistola, fusil o granada, se presentaran como voluntarios para defender la República, eran los denominados «milicianos» y «milicianas«.

El gobierno de la República apenas tenía ejército con el que contrarrestar la ofensiva, y la urgencia de contar con fuerzas ofensivas y el caos reinante hicieron que el tiempo para la instrucción de los milicianos fuese «exprés» y a todas luces insuficiente. A los milicianos no les quedó más remedio que sustituir corazón y valor, por formación en el arte de defender y atacar como si fuesen auténticos soldados.

Así es como Gila nos cuenta algunas anécdotas de su período de instrucción.

Así se dispara

Con la mano izquierda se sujeta el fusil a la altura de la cintura, se tira del cerrojo hacia arriba, después se corre hacia atrás, se coloca el cargador, se empuja el cerrojo hacia adelante, se gira hacia abajo y ya tenemos una bala en la recámara. Después se apoya la culata contra el hombro, aseguraos de que la culta esté bien apoyada en el hombro, porque si no lo hacéis así, el retroceso del fusil puede romperos la clavícula. Se apunta con un solo ojo, observando que esta ranura de arriba coincida con el punto de mira, se aprieta el gatillo y de esta forma se dispara. El gatillo tiene dos tiempos, uno que prepara el percutor y otro que golpea en el casquillo de la bala. Cada vez que se termina el cargador, se vuelve a hacer la misma operación. Es muy conveniente durante el combate tener la bayoneta calada por si tenéis que entrar en el el cuerpo a cuerpo. ¿Enterados? Bien. ¡Rodilla en tierra! ¡Carguen! ¡Apunten! ¡Fuego!

 

Miguel Gila - Chistes Gráficos - Historias de Guerra

¿TE DAS CUENTA LO QUE PASA POR NO TENER CUIDADO? ¡A VER CON QUÉ DISPARAS AHORA! (Hermano Lobo 06-01-1973)

Para lanzar las granadas de mano se aprieta esta palanca, se saca el seguro tirando de la anilla y una vez quitado el seguro, siempre con la palanca apretada, se espera el momento de lanzarla; cuando llega ese momento, antes de arrojarla se suelta la palanca abriendo la mano, contáis diez segundos y la lanzáis. No lo hagáis antes de contar diez segundos porque os la pueden devolver.

Estas fueron todas las instrucciones que recibimos durante cinco días; después, con tres cartucheras llenas de balas, un fusil Mausser con su machete y dos granadas de mano, nos subieron a los camiones.

Miguel Gila - Chistes Gráficos - Historias de Guerra

MI CAPITÁN SE ME HA ROTO EL CABALLO (LA CODORNIZ)

La disciplina

Por un decreto o una orden del Gobierno había que hacer un cambio en las tropas de la República. Teníamos que pasar de ser milicianos a ser soldados. Nada de «Oye tú», ni «compañero», ni ninguna de esas libertades tan libertinas, valga la redundancia, que usábamos los milicianos. La única forma de ganar la guerra era poniendo en funcionamiento el mismo sistema de disciplina que usaban las tropas de Franco. Para este fin enviaron unos oficiales instructores, que nos enseñarían cómo había que entender la disciplina: se trataba de cambiar el «¡Oye tú!» por el «¡A sus órdenes!».

Como primera clase nos pusieron como tarea la petición de un permiso a un superior, dando a conocer el motivo. Se suponía que éste tenía que ser un problema grave, así que cada uno de nosotros tratamos de encontrar un  problema grave que justificara la petición.

El teniente instructor, militar de carrera, se colocó en un lugar que se suònía que era el puesto de mando, y cada uno de nosotros entraba para pedir el permiso. Aquello más que una clase teórica fue lo más parecido a un circo. Entró el primero, y de entrada -no había puerta- con la boca imitó el ruido de una llamada, «tam, tam», al tiempo que golpeaba en el aire con el puño. Los que esperábamos turno no pudimos evitar una carcajada, pero el teniente instructor no se dio por enterado y dijo:

-¡Adelante soldado!

El soldado, un madrileño castizo de Vallecas, pero bruto, bruto, dijo:

-A tus órdenes, oye, teniente.

El teniente, con mucha paciencia, le explicó lo de el usted a los superiores y le dijo que suprimiera el «oye» y lo cambiase por «mi teniente», luego le mandó salir y entrar de nuevo. El de Vallecas obedeció y volvió a golpear en el aire con el puño y otra vez con la boca el «tam, tam». Y el teniente:

-¡Adelante soldado!

Y entró el de Vallecas. Esta vez al pie de la letra:

-¡A sus órdenes, mi teniente!

Nos dieron ganas de aplaudirle.

-¿Qué desea, soldado?

-Quiero que me des, o sea que… coño me se olvida lo del usté, que me de us´te permiso pa irme a mi cas, porque han bombao el Puente de Vallecas y a mii hermana l’an jodío una pierna.

El teniente le corrigió:

-Han bombardeado.

-Bueno, sí eso.

-Está bien soldado, tiene usted cinco días de permiso. El siguiente.

 

Miguel Gila - Chistes Gráficos - Historias de Guerra

ME TIENE SIN CUIDADO SI LE DAN NAUSEAS O NO. QUITE AHORA MISMO ESE CORCHO DE LA PUNTA DE LA BAYONETA. (Hermano Lobo 02-09-1972)

Y el siguiente, más bruto que el de Vallecas, dijo:

-¿Da su permiso pa´ entrar?

-Adelante

Muchas gracias, teniente mío.

Aquello nos provocó otra carcajada. El teniente también estuvo a punto de reír, pero su condición de teniente se lo impidió, no obstante, con un gran sentido del humor, dijo:

Procura decir «mi teniente» en lugar de «teniente mío» porque lo de «teniente mío» se presta a que yo te conteste: «Pasa vida mía»

Las peticiones de permiso eran de lo más variado y absurdo, pero de algún modo intentábamos alcanzar esa disciplina de obediencia a los superiores.

 

Miguel Gila - Chistes Gráficos - Historias de Guerra

-ESTÁBIEN ¿NO QUIERES MATAR Y NO MATES, PERO TE VAS DE LA GUERRA. Y TE DIGO UNA COSA, NI MEDALLAS, NI ASCENSOS, NI NADA DE NADA. ASÍ QUE YA SABES NADA DE NADA. -PUES BUENO, PUES MUY BIEN, PUES ME ALEGRO. (Hermano Lobo 03-09-1972)

Repudio a la violencia y a la guerra de Gila

Precisamente por todo lo que Gila sufrió y vio en la Guerra Civil de España y también por las injusticias, humillaciones y barbaridades de la posguerra, Miguel Gila criticó y ridiculizó las guerras sobre todo en sus chistes gráficos y también en algunos de sus monólogos, como el famoso ¿Es el enemigo?

 

Miguel Gila - Chistes Gráficos - Historias de Guerra

-YA SE QUE NO ES NORMAL TRAER LA FAMILIA A LA GUERRA, PERO TAL Y COMO ESTÁ LA DELINCUENCIA ME DA MIEDO DEJARLES SOLOS EN CASA.

 

 

Miguel Gila - Chistes Gráficos - Historias de Guerra

-Querida mami: te escribo en un hermoso día de primavera… (Hermano Lobo 05-08-1972 )

 

Miguel Gila - Chistes Gráficos - Historias de Guerra

YO SOY MUY RESPETUOSO CON MIS ENEMIGOS DESPUES QUE LOS MATO LES GUARDO LUTO. (Hermano Lobo 27-10-1973)

 

Miguel Gila - Chistes Gráficos - Historias de Guerra

Yo no sé por qué llora esta gente con unas maderas, unos clavos y una mano de pintura les queda la casa como nueva. (El Periódico)

 

Miguel Gila - Chistes Gráficos - Historias de Guerra

 

Miguel Gila - Chistes Gráficos - Historias de Guerra

DECIDLE A MI MADRE QUE MIS ÚLTIMAS PALABRAS FUERON: ¿Y YO A QUÉ MIERDA VIENE HASTA AQUÍ? (El Periódico)

 

Dentro Vídeo: «Historias de Guerra» Gila #5

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