¿Es el enemigo? es el monólogo más conocido de Miguel Gila, pero sobre todo el inicio, pues guarda la esencia del humor absurdo y surrealista de este Gran Maestro del Humor, con grandes calidades humanas, que tan bien conoció la Guerra.
¿Es el enemigo?… ¿Ustedes podrían parar la guerra un momento?…
¡Qué si pueden parar la guerra un momento!
Monólogo protagonizado en 1979 en el programa Aplauso de TVE
Artículos relacionados
En este otro monólogo sobre la guerra «De mercenario» incluye personajes actuales de la época en que se encuentra como Clinton o Sadam Housein.
Si te ha gustado el monólogo puedes ver el Vine de ¿Es el enemigo? aquí.
La guerra y Gila
La guerra es uno de los temas más tratados por Gila, en sus monólogos y en sus viñetas, ya que las vivencias que tuvo en La Guerra Civil Española (1936-1939), le marcarían para siempre.
Miguel Gila al producirse el golpe militar del General Franco, se alistó con 17 años en el Quinto Regimiento, mintiendo sobre su edad.
Después de un corto periodo de instrucción Gila pasó a formar parte del “Regimiento Pasionaria” y estuvo en distintos frentes: Sigüenza, Navalcarnero, Talavera, Buitrago, Aravaca, Cuesta de las Perdices, Guadalajara, El Pardo… Así una larga lista de lugares por toda España y de intensas vivencias hasta llegar al mes de diciembre de 1938 en el frente de Extremadura, en el que Miguel Gila sería capturado y “fusilado”. Pero como él explicaba en su autobiografía «Nos fusilaron al anochecer, nos fusilaron mal» pues sus ejecutores estaban borrachos y tras la ejecución de él y de sus compañeros, haciéndose el muerto, logró sobrevivir.
Cuando le hicieron prisionero pasó por el campo de prisioneros de Vasequillo y las cárceles de Yeserías, Carabanchel y Torrijos. Más tarde el régimen franquista le obligarían a hacer la mili en Zamora.
Un especial reportaje sobre el monólogo de Gila «Es el enemigo» y el porqué de su éxito
Juan Carlos Ortega dedica uno de los capítulos del programa «La mitad invisible» a estudiar en profundidad el porqué del gran éxito de los monólogos de Gila sobre la guerra, en especial «Es el enemigo«.
Cómo es posible reírse de la guerra, de lo cruel de lo terrible. Como Gila convierte el dolor en humor.
En el programa hablan sobre Gila y sus monólogos sobre la guerra: Forges, Javier Cansado, el teniente coronel del ejército del aire José Ignacio Domínguez (que perteneció a la UMD), Marc Lobato, estudioso del humor, el entonces presidente de Amnistía Internacional Alfonso López y Elena Martin de las «Virtudes«.
Tanto Marc Lobato como Juan Carlos
Texto del monólogo: ¿Es el enemigo?
¿Es el enemigo?… ¿Ustedes podrían parar la guerra un momento?… ¡Que si pueden parar la guerra un momento!
Ahora sí le escucho. Le quería preguntar una cosa. Esto, no ¿ustedes van a avanzar mañana? ¿A qué hora? Entonces ¿cuándo El Domingo. Pero ¿a qué hora? Ah! A las siete estamos todos acostados. Y ¿no podrían avanzar por la tarde? Después del fútbol.
Sí, ¿van a venir muchos? ¡Hala!, que bestias. Yo no sé si habrá balas para tantos. Bueno, nosotros las disparamos y ustedes se la reparten.
Ayer estuvo aquí el espía de ustedes, Agustín, uno bajito, vestido de lagarterana. Que se llevó los mapas del polvorín, que los traiga que solo tenemos esos. Bueno, pues que haga una fotocopia y nos los devuelva. Sí, porque ahora no encontramos el polvorón, el polvorín. De acuerdo.
Y, podría parar la guerra una hora o así, porque se nos ha “atrancao” el cañón… El sargento… que ha metido la cabeza dentro para pasar revista y no la puede sacar. Está vivo porque le oímos, dice “sacarme de aquí” y hemos “probao” con jabón, pero se le pone el pelo rubio, pero no sale. Pues es verdad, a lo mejor disparando se desatranca, no se nos había ocurrido.
Bueno, entonces quedamos así. De acuerdo, hasta el domingo. ¡Que usted lo mate bien! Adiós.
¿Es la fábrica de armas? ¿Está el señor Emilio, el ingeniero? ¡Que se ponga! De parte del ejército.
Sr. Emilio, que le llamo para un asunto de reclamaciones. Que de los seis cañones que mandaron ayer, vienen dos sin agujero. Pues estamos disparando con la bala por fuera, o sea, al mismo tiempo que uno aprieta el gatillo, otro corre con la bala. Sí, pero se cansa y la suelta… Pues no sabemos dónde, porque como no vuelven… Y ¿ustedes no venden los agujeros sueltos? Bueno, mándeme dos contra reembolso, o tres por si se pierde uno. De acuerdo.
Otra cosa, el submarino que mandaron ayer, de color bien, pero no flota. “Nada”, lo echamos al fondo del mar después de comer y todavía no ha subido. O sea, que era un barco. ¡Jo!, pues nos costó un trabajo hundirlo… Claro, pero con una cosa de ese precio, ¡se manda por lo menos un folleto! … No, mande otro que ese estará todo “mojao”.
Y le quería preguntar, ¿a cómo están las ametralladoras? ¿Y si compramos dos? No tenemos, estamos usando un fusil corriente y lo dispara un tartamudo, claro, pero no es lo mismo, no mata igual. Y tampoco tenemos tanques, usamos un seiscientos con un enano y en lugar de disparar, insulta. Bueno no mata, pero desmoraliza. Y en aviación nos queda un paracaidista, pero vale solo para una vez, porque los estamos tirando sin nada, por ahorrar, “al pelo”.
Y tampoco tenemos caballería, estamos enseñando a galopar a los más bestias, van bien, dan coces ya y comen pienso.
Bueno, entonces me va a mandar: dos misiles, en económico, un cañón antiaéreo, me lo apunta. No, no en la nota “pa” pagarlo a fin de mes. Y, nada más, y balas surtidas.
Bueno, Ah! Que le quería preguntar Es que ha ido ahí para comprar un avión, un “soldao” que se llama Julito, que el padre es pescadero, que tiene una hermana que se va a casar, que tiene un lunar en la cadera, según se sube a la derecha. Sí, ¡Que se ponga!
¿Julito tú te has “sentao” encima del caballo del capitán? Un caballo marrón con moscas. Mírate debajo a ver si lo tienes. Pues tráeselo que van todos al galope y él corriendo detrás.
Y que te vengas rápido, que te estamos esperando para avanzar… ¡No!, dice el comandante que avanzamos “tos” juntos o nada.
Está bien, te apartamos lo tuyo y luego lo avanzas solo. Bueno, hasta luego.
Sí. Ah!, tú has salido con un espía que creías que era una chica rubia. Sí, pues es un espía… Bueno, como quieras, allá tú.
Bueno, vente pronto, hasta luego. Sí, que yo voy a llamar al comandante “pa” decirle que ya he “llamao”.
¿Qué tal mi comandante? No me diga. Y ¿qué ha “pasao”? Y, en, o sea, que estaba mal “aparcao”, mal “aparcao” el tanque y se lo ha “llevao” la grúa y nos han “multao”. Y es mejor que terminemos la guerra, mientras vamos a buscarlo y todo, nos han “breao” .
Bueno, yo me voy “pa” mi casa, si acaso hay algo me escribe y vuelvo.